¿Qué relación tienen el masaje circulatorio y drenaje linfático?
Desde un punto de vista inexperto, podría parecer que un masaje circulatorio y drenaje linfático son dos cosas diferentes, pues tienen dos nombres diferentes. ¿Esta creencia es cierta? A continuación, destapamos todas las dudas que surgen entorno a este tema.
Antes de explicar las diferencias entre el masaje circulatorio y drenaje linfático, es importante comprender qué sucede en nuestro cuerpo antes y después de la aplicación de dichos masajes.
El sistema circulatorio, que es más conocido comúnmente, se encarga de la circulación de la sangre a través de las venas y arterias por todo el cuerpo. Sin embargo, el sistema linfático forma parte de este, depurando y eliminando toxinas y sustancias desechables que el cuerpo produce. Así, se encarga de impedir la acumulación y absorber todos los fluidos y grasas que se acumulan en el cuerpo, para transferirlas al sistema circulatorio. Además, protege frente a virus, bacterias y otros agentes extraños que llegan al interior de nuestro organismo. Por eso, el sistema linfático, además de formar parte del sistema circulatorio, está directamente ligado al sistema inmunológico.
Sistema circulatorio sanguíneo
El sistema circulatorio es un sistema cerrado. Este comienza desde el corazón y termina en el mismo sitio. Esta circulación se encarga de llevar a través de la sangre todos los nutrientes a las células y recoge todos los sobrantes y desechos.
Sistema linfático
El sistema linfático se encarga de ayudar al sistema venoso en la recogida y transporte de líquidos y sustancias que se encuentran en el interior del organismo.
Diferencias del masaje circulatorio y drenaje linfático
Masaje circulatorio
La principal diferencia entre el masaje circulatorio y drenaje linfático es que, por su parte, el masaje circulatorio se realiza para favorecer la irrigación sanguínea y de esa forma ayudar a la dilatación de los vasos sanguíneos y la circulación de la sangre por los mismos.
Este masaje puede realizarse tanto manualmente como con la ayuda de una máquina de presoterapia, la cual aplica aire a presión en las piernas de abajo hacia arriba. Manualmente, la misma presión se ejerce con las manos y ayudando a la piel a deslizar con aceite de masaje.
Drenaje linfático
Este masaje se dirige a favorecer la activación del sistema linfático, solo de manera superficial, y a todo el conjunto del sistema circulatorio, consiguiendo que los tejidos reciban la limpieza y nutrición que necesitan.
Otra de las diferencias entre el masaje circulatorio y drenaje linfático radica en la forma en la que pueden aplicarse. Mientras que el masaje circulatorio podía ser tanto manual como a través de una máquina, el drenaje linfático únicamente puede realizarse manualmente. Solo así se pueden aplicar las técnicas suaves y rítmicas que se necesita para este masaje siguiendo la anatomía del sistema linfático.
El masaje circulatorio y el drenaje linfático se complementan
Llegados a este punto, sabemos que el masaje circulatorio y drenaje linfático son dos masajes diferentes, pues cada uno va dirigido a un sistema diferente de nuestro organismo. Aun así, estos dos tipos de masaje funcionan muy bien juntos, pues el sistema circulatorio y el linfático se encuentran unidos. Por eso, los profesionales masajistas ofertan estos dos servicios en uno, pues los beneficios de ambos juntos son mayores que por separado. La evacuación de líquidos y toxinas del masaje circulatorio junto con el filtrado de partículas grandes (y su función inmunológica) del drenaje linfático, funcionan muy bien en casos de posoperatorio, como por ejemplo mastectomías, abdominoplastias o cualquier otra cirugía.
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